miércoles, 9 de junio de 2010

¿El aprendizaje es algo tan trivial que se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?

El aprendizaje es un asunto tan complejo, que podría no estar solo sometido a cuestiones de enseñanza técnica, donde solo interese lo elemental para enseñar a capacitar al alumno al mundo laboral. Pero vayamos por partes.

¿A caso esto no es una enseñanza para desarrollar capacidades?
El interés, como lo marca Barnett, de toda sociedad se inclina por 2 formas de cocimiento que de alguna manera tiene valor en el mercado del trabajo las cuales se reducen a la tendencia académica y a la operacional. Con ello es claro aseverar que un alumno requiere de las dos tendencias para un completo aprendizaje. ¿A qué llamamos completo? Llamamos “completo” a la adquisición de habilidades donde el alumno pone de manifiesto su pre-conocimiento y su conocimiento para hacer frente a cualquier problemática que enfrente. ¿Dónde se desarrollan las capacidades? Antes y durante cualquier proceso que enfrente.

De aquí la gran diferencia en ser competente o ser competidor, porque la primera requiere un nivel de exigencia cognitivo mas “completo”, mientras que la segunda, basta con que los alumnos tengan cierta habilidad para operar alguna función mecánica (como manejar un automóvil).
¿En qué terreno de las dos tendencias se encuentran nuestros alumnos?

Como nuestra condición de Bachillerato Tecnológico es bivalente, tal parecería que nuestros alumnos se encuentran en la tendencia operacional (que en cierta manera criticaba a un compañero en anteponer competencias exclusivamente para su asignatura y afirmarlas como “las mas importantes”), sin embargo, no es así, porque el alumno en su vivencia escolar se enfrenta a múltiples materias las cuales cada una le van exigiendo un “pequeño” constructo de capacidades que quiere que este desarrolle, y cuando este asunto es logrado, el alumno con estos saberes, construye por si mismo pequeños estándares básicos de conocimiento y con ello, se nos haga muy claro entender que el aprendizaje significa fundamentalmente que el estudiante incorpora a su acervo personal unos nuevos contenidos; pues en el mejor de los casos, se aprende algo cuando el sujeto asimila información de la realidad a determinadas estructuras en el cerebro que luego permiten, a partir de la evocación de esa información incorporada, comprender nuevas realidades, realidades que a su vez le servirán para entender este mundo cada vez más problemático.

De ahí que entendamos que el aprendizaje no pueda reducirse a un asunto trivial de preguntas que hagan emerger las capacidades; puesto que si lo que queremos es que el alumno tenga y desarrolle una capacidad como la de autodeterminarse y cuidarse de si mismo (postulada por la RIEMS), entonces hagamos que nuestros alumnos se conviertan en seres “capaces” y “capacitados”, entendiendo esta noción en un sentido distinto del empleado en el mundo de las empresas, es decir en tanto que es el proceso mediante el cual un maestro facilita que el estudiante se vuelva capaz de enfrentar una situación problemática determinada utilizando el recurso de la acción algunas veces pero también acompañando tal recurso con elaboraciones discursivas apropiadas que de alguna manera pertenezcan a su propio contexto y no a situaciones “IMAGINARIAS”

martes, 8 de junio de 2010

¿QUÉ CONCEPCIONES DE APRENDIZAJE NOS PARECEN CONGRUENTES CON EL ENFOQUE POR COMPETENCIAS Y POR QUÉ?

Las competencias, por las cuales se yergue mi profesión, es dentro de las ciencias sociales y están orientadas a la formación de ciudadanos reflexivos y participativos, conscientes de su ubicación en el tiempo y el espacio. Pero ¿por qué he de hablar de las competencias dentro del terreno de las Ciencias Sociales? Por dos cosas: una, porque el enfoque que corresponde a adquirir y desarrollar, en el ámbito de las competencias, a los alumnos depende de mi perfil y desempeño profesional; y otra, porque dentro de la División de Ciencias Sociales, se nos permitirá visualizar lo que la RIEMS establece como lo concerniente a las competencias genéricas.

Sin embargo, las competencias, sean como sean y se desarrollen en la disciplina que sea, enfatizan la formación de los estudiantes en espacios ajenos al dogmatismo y el autoritarismo de su entorno; su desarrollo implica y establece que cualquier alumno pueda interpretar su entorno social y cultural de manera crítica y reflexiva, y a la vez, le sea permitido valorar prácticas distintas a las suyas, nos hace preciso deducir y afirmar que, de este modo, los alumnos pueden asumir una actitud responsable y prudente hacia sus semejantes. Y si bien esto es cierto, entonces la reducción de la RIEMS sobre las competencias, se hace evidente.

“Cualquier sistema educativo, en el aprendizaje por competencias, esta orientado a la formación de ciudadanos reflexivos y participativos, conscientes de su ubicación en el tiempo y el espacio”.

Para un servidor, la teoría del constructivismo de J. Piaget, y la posición Socio-constructivismo de Vigotski se hacen congruentes con el enfoque de las competencias que establece la RIEMS y ello por determinadas consideraciones:

Una es que, mediante la competencia que establece las Ciencias Sociales, como la de se auto determina y cuida de si; se establecen y se re- conocen ciertos atributos que abordan problemas y retos que los alumnos enfrentan para determinar objetivos que perseguirán en toda su preparación académica. Uno de ellos, es que:

•Enfrenta las dificultades que se le presentan y son conscientes de sus valores, fortalezas y debilidades.

Para que se establezca esto, J. Piaget, considera que los alumnos no desechan todo pre-conocimiento adquirido en la escuela y en la sociedad, sino que lo postulan como medio para “construir” y “afinar” su saber, puesto que al estar en completa interacción con su entorno, “toma conciencia” de sus valores, fortalezas y debilidades que le sirven para actuar bien. Para Vigotski, esta interrelación social, es lo mas importante, porque no solo da cuenta del aspecto actuante del sujeto, sino que también, toma en consideración que el alumno, con la completa relación social, interviene con el lenguaje; indispensable herramienta “mediadora”, que se establece como utensilio para argumentar, opinar y aseverar lo que le parece bien o mal. Eso también es parte del conocimiento. Y esta afirmación de utilizar la relación social que tiende a afirmar a los alumnos, nos hace determinar, que al tener, afinar, y establecer, lo aprehendido por su medio, el sujeto o alumno que se formara con la competencia de “auto determinarse y cuidar de si”, tendrá la característica de argumentar lo que a su vez le parece problemático, argumento que le permitirá –a su vez- voz e independencia por si solo.

Por mi parte considero que esta es la competencia más importante que todo sujeto debe tener.

martes, 11 de mayo de 2010

MI CONFRONTACIÓN CON LA DOCENCIA

Antes de abordar cuestiones importantes como ¿qué significa ser docente? Y ¿qué significa ser capaz como docente?, habría que preguntarnos primero si ¿como docentes presentamos una “profesión” o nos sentimos –mas bien- competentes para enseñar?. A este punto, vale la pena mencionar que en base a todo lo que hemos leído sobre competencias, tendríamos que afirmar primero que somos competentes por convicción, porque nos adecuamos a la exigencia de la circunstancia a la que nos enfrentamos. Si somos profesionistas que tuvieron una enseñanza conductista, nos dirigimos a enseñar a los alumnos, por donde queramos que ellos vayan. Un docente que tuvo su enseñanza tradicional, postulara una enseñanza a base de la sumisión, la autoridad y el regaño; llevando su línea didáctica a un tedio insoportable.

¿Somos realmente competentes para enseñar? Creo que la competencia se da en el momento en que la adquirimos y la desarrollamos para aplicarla en nuestra vida, pero la capacidad no solo no se conserva, sino que tiende a re-querir una mayor amplitud, a ser más general, a ser mayor; y ello por la situación de enfrentarse a un mundo cada vez mas complejo, que requiere de respuestas cada vez mas rápido. Por ello, a mayor capacidad, la enseñanza disuadirá un amplio criterio y por ende una mayor autodeterminación, del sujeto que la desarrolla.

Por ello la docencia –como profesión- entra en una completa confrontación con el individuo que la ejerce, por la simple convicción de un conformismo cultural, en pensar que la capacidad desarrollada es única y absoluta, y que después de adquirirla, no hay nada mas.

Y si por reducción, se entiende esto, entonces se pensara que la indispensabilidad de planear es esencial para profesar y descubrir capacidades ¿Por qué habría de afirmar esto? Pienso que es porque, se debe postular la respuesta a justificar nuestro inicio a una planeación semestral y a un logro de aprendizajes significativos que como objetivos debemos alcanzar; ¿es viable describir objetivos para desarrollar capacidades? si, porque lo que “requerimos en nuestro mundo globalizado, es gente competente que se proyecte un fin, una meta, un camino, para saber que es lo que como sujeto le es viable alcanzar, dado que lo que se busca es que este sujeto se realice satisfactoriamente -ante actividades demandadas- al desarrollo de habilidades, que lo conduzcan por el un “saber móvil que lo conduzca a tener ciertos recursos” para el logro de una respuesta satisfactoria. De ahí que ser competente permita realizar una actividad con un nivel de dominio considerable, correspondiendo a un criterio establecido. Pero ¿qué es ser competente? Yo me iría con la cuestión establecida por el proyecto Tuning: “para buscar patrones y perfiles comunes para el reconocimiento de titulaciones conjuntas; requiere de una habilidad, la cual permitiría (…) facilitar el reconocimiento académico y profesional de los ciudadanos y prepararlos ante una sociedad cada vez más demandante”.

Una persona competente, es aquella que se mueve por dos ejes específicos y esenciales: el primero, por una relatividad de conocimientos que se adquirieron fuera y dentro de una aula de clase -en los que se incluyen el uso de Internet como medio de comunicación y como fuente de información, así como la experiencia previa y el conocimiento de una segunda lengua extranjera- Y el segundo eje, por el desempeño de habilidades que la persona puede “mostrar o desarrollar” para ser positivamente valoradas por el mercado laboral, en los que entran la capacidad de aplicar los conocimientos teóricos a la práctica, la capacidad de comunicarse con personas no expertas en la materia, la capacidad de entender el lenguaje y propuestas de otros especialistas, la ambición profesional, la capacidad de auto evaluación y la capacidad de negociación, que son parte de un trabajo colaborativo y de conjunto.
Un docente, en mi opinión es alguien que debe desarrollar tales funciones, para que su “profesión” se haga por cultura, y no por convicción ¿Cómo se planea y se desarrolla una unidad didáctica o un proyecto basado en competencias? Antes de llevar a cabo a respuesta a esto, es conveniente remarcar que no se planea, sino que se planifica; porque ante un “programa de “cierta asignatura”, cualesquiera que sea, se le debe dosificar, y ante un programa como el mío, se inicia “transcribiendo la unidad, o el tema (con número o decimal) que se requiera abordar”, por o que se procede a describir la competencia a alcanzar, tratando de delimitar y jerarquizar (lo que se pretende alcanzar y desarrollar) y posteriormente, describir como se debe llevar a cabo, mediante la incursión de los llamados cuadrantes. Por lo que se recurre a la recreación de un ambiente de motivación que propicie el “interés” y, posteriormente, entienda el por qué de una asignatura (mediante la implicación de una pregunta generadora).

Para ello recurro, en una primera instancia, a la recreación de “escenarios didácticos” en la que el alumno deba mostrar ya sea su preconocimiento o su avance de conocimientos, demostrado en habilidades para resolverlo u opinar
De aquí que se hace necesario recordar, que todo programa o proyecto se inicia contestando a 4 preguntas elementales: ¿qué?, ¿cómo?, ¿cuándo? Y ¿para qué? De esta manera llevo a cabo mi panificación. y la práctica de mi docencia.

MI AVENTURA DE SER DOCENTE

¿Qué es la docencia para mí? Quisiera enfatizar que la docencia fue para un servidor , al inicio, una profesión por convicción; porque nadie que tenga completa cabalidad en su vida económica, trabajaría gratis o por simple “amor al arte”; lo creo inmoral, Pensaba, ¿por qué? pues porque, al término de haber trabajado 18 meses sin cobrar nada, la satisfacción no solamente se reduce a un "gracias", sino a un completo desagrado; pero de antemano, ustedes podrían contener otra postura moral, distinta a la mía desde un inicio, y decir que ejercer una profesión como la docencia, se complementa una satisfacción espiritual, porque "te sientes bien", porque cada vez que realizas una clase, te encuentras con una discusión dialógica de un conocimiento -bien cimentado-, en la que no requieres llamar a esta profesión como un labor altruista, (como la que realizan los docentes que se dedican a la alfabetización) sino un labor de “oficio”; un oficio de discusiones que te da para realizarlo en el aula y en la vida. ¿En qué no podría estar de acuerdo con esto? La lectura de José M. Esteve da para explicarnos esto y más, pues da cuenta de cómo llegó a sentirse útil a los demás, dándole una alta valoración a su trabajo y convirtiendo cada clase en una aventura y en un reto intelectual Sin embargo, creo conveniente especificar que la terminología “ensayo” que utiliza el autor el texto, no es de uso despectivo español; es decir, que deba de entenderse como aquello que promueve “pruebas” de aprendizaje, sino que mas bien, lo utiliza como un término asertivo incluido al español, lo connota como un significado anglosajón, que se refiere a “investigar”. Investigación, que queda por demás entendida cuando de “renovar se trata en cada una de tus enseñanzas. Por ello, Esteve habla de la importancia de la renovación pedagógica; una importancia que se traduce en la postura humanista que el mismo autor desglosa: Nunca encontré una mejor definición del magisterio: dedicar la propia vida a pensar y sentir, y a hacer pensar y sentir; ambas cosas juntas. ¿Cómo justifica este binomio? No lo justifica, porque piensa que se hace evidente en el docente que “siente la docencia”. Pero el docente que siente la tensión en la actividad de la vida diaria no pensara en sentirse bien, mas bien su andar se traducirá en angustia y nerviosismo, cosa que el autor no pasa por alto. Por ello es necesario enfatizar que la descripción que el autor hace en estas líneas, hacen pensar la descripción de una alegría “descargativa”, donde las emociones tiene cabida, donde la actividad de enseñar como profesor se hace patente como un sentir interno único, esta dada por una visión “humanista”; porque todas las ciencias –analizara- tienen en su origen a un hombre o una mujer preocupados por desentrañar la estructura de la realidad. Un hombre o una mujer que “se preocupa por la aserción de todo; ese alguien, alguna vez, elaboró los conocimientos del tema que explicas, como respuesta a una preocupación vital pero hay que recordar que en esta descarga emotiva, sólo –a mi forma de analizar- se hace patente por la participación del alumnado. Y es aquí donde entra este binomio de Esteve, un binomio único y complementario con lo que comente arriba. Docente-Alumno. Por ello creo conveniente que nuestro autor pasa por alto la mala aplicación que esto podría llevar a una cultura como la nuestra. Lejos de convertirnos en profesores humanistas, nos convertiríamos en profesores “paternalistas” donde la convicción del alumno es resguardarlo, comprenderlo, y no orientarlo y dirigirlo. Aquí esta, pienso, lo medular del texto, el cual nos hace caer en una proposición implicativa: “Si lo que quiero es conseguir que se piense y se sienta y se sienta para pensar, entonces, debemos dar respuestas a qué es lo que inquietan a nuestros alumnos. Esto es lo que nos sugiere la RIEMS; pues nos incita a la participar con una “pregunta generadora”. Aquí pensaría la posición de Esteve como un supuesto Socrático. Entrar a la docencia con valor, y enfrentarla con humildad y prudencia. He aquí lo que supuse en otro espacio, como el devenir de un sentimiento entusiasta que parte de la dinámica grupal. Esto es muy cierto, pero Esteve nunca se refiere a profesores de un nivel de medio superior, ¿a caso el nivel medio superior español es más alto que el nuestro? ¿A caso los docentes distan de tener otra preparación superior a lo que pueda tener un profesor de básicas?

Sin embargo, parte de lo que comenta el autor en su artículo, se aplica para la cultura Norteamérica y mexicana, porque los maestros de primaria más se orientan a idealizar actitudes y no aptitudes. Pues están más por la noción del carácter que tiene un alumno, que por su desempeño de capacidad. Y en Esteve, la noción de la actitud nace –pienso yo de la noción de la aptitud. Lo que resulta imposible de comprender cuando se procede de manera inversa.
Y de esta explicación surge lo que nosotros llamamos “inconformidad” puesto de no existir resultados satisfactorios de un avance programático, al profesor se le cataloga como “malo”. Ello en cierta manera, es lo que en países subdesarrollados sucede. A una escasez de espacios laborables, se remedia el ser profesor con la única convicción de tener un sustento económico. Y esto es un dilema, porque en esta postura no solo los de nivel básico lo sufren, sino también los de todos los niveles educativos, donde la vanidad del saber se hace supedita; lo que nos hace falta nombrar que en este espacio se da la falta de carácter y de la imagen, porque estas al ser visuales caracterizaran al profesor durante el ciclo escolar que enfrentara con sus alumnos y toda la institución. Un fenómeno que pocos hacen caso, y que muchos recurren al autoritarismo para remediarlo.

Pero la disciplina no se gana con el “regaño” sino con la “atención” -vaya que es redundante- porque es posible que mucha gente piense que ser profesor no es algo socialmente relevante, pues nuestra sociedad sólo valora el poder y el dinero; pero a mí me queda el desafío del saber y la pasión por comunicarlo. Me siento heredero de treinta siglos de cultura, y responsable de que mis alumnos asimilen nuestros mejores logros y extraigan consecuencias de nuestros peores fracasos. Y eso para mi es valioso.

(SOBRE) LOS SABERES DE MIS ESTUDIANTES

El conocimiento es una cualidad natural que todos los seres vivos ponen de manifiesto, cuando conciben el mundo que les rodea por su atribución sensitiva. Así pues, una planta re-conoce a otras de su propio género para generar su propia reproducción bajo el antagonismo o por la generación de su reproducción por medio de la simbiosis; re-conocer, en este sentido, es que saben que para reproducirse o alcanzar el sol en sus más alta cúspide, necesitan de los nutrientes de otra planta o un árbol. La posición a este tipo de explicaciones siempre es tema de grandes discusiones filosóficas y científicas poniendo en tela de juicio que se actúa más por instinto natural que por conocimiento; y dado que tanto a las plantas como a los animales (aún cuando se encuentren en el ámbito de los seres vivos) no les es posible alcanzar un conocimiento concreto porque no implican la concepción de la racionalidad, es claro afirmar que no pueden alcanzar esta cualidad. El conocer aunado a la razón, enfatiza una función elemental para procrear una deducción, un pensamiento o inclusive una opinión en el terreno de las ideas; por esta razón el conocimiento se hace “exclusivo” de hombre (de la humanidad).

Y si el conocer implica, estando en una posición platónica, estar vertido bajo dos posiciones elementales; es claro suponer que para aspirar a él, es necesario; una, que impliquemos en la realidad nuestros sentidos, y dos, que incluyamos en la misma, una forma inteligible para entenderlo; así pues, si el conocimiento es sensitivo, podemos reducir que la vista al ser un sentido funcional y elemental para la procreación de una idea, requiere de la imagen del concepto que percibe. En nuestro mundo el concepto de la imagen se ha hecho más que prolífero; y más aún, con la introducción de la tecnología visual (como el Internet), se ha vuelto infinito.
Cuando nuestros alumnos “navegan” por el Internet, no hacen más que percibir toda una descarga de visiones e imágenes que los hace conducirse a la procreación de un sin fin de ideas montadas y amontonadas; “miran” lo que realmente quieren mirar, y sin conocer, “suponen” algunos saberes por lo que simplemente ven. ¿Y qué es lo que realmente conocen? Conocen la función de esquemas, íconos y partes de una máquina, pero nada más, porque cuando se trata de información de lo que consultan el conocimiento es efímero superficial, orillándose mas a un saber que a un conocer. Por eso cuando no se incluyen imágenes de movimiento ni de persuasión corpórea (como el de ver un cuerpo, un rostro, una acción), suponen la información aburrida o tediosa, sin saber que un texto es propiamente también una imagen. Por lo que se hace necesario para nosotros como docentes especificar –en ciertos aspectos- que es lo que deben ver para leer.

¿Qué debemos hacer para que nuestros alumnos aprovechen ese saber que tienen para indagar y recibir un sin fin de imágenes que obtienen en el Internet? Pongamos por caso la siguiente dinámica, que en estímulos académicos me ha dado resultados favorables; en primera instancia, como en la materia de ética se analizan distintas doctrinas éticas con diferentes autores, se les pide un llenado de una tabla con una gama de información, en una hoja de EXEL (que ellos mismos diseñan, crean y elaboran y que después comparten dado que es una información electrónica y virtual) con distintos autores que ellos mismos investigan en distintas direcciones -específicas-. Con ello, se cubren dos labores; una, que la investigación se transforme en visual y dos, que mediante la especificación de ciertos conceptos a escribir, se vean obligados a leer y la investigación se torne inteligible

En estos sentido, no solamente orillo a los alumnos a obtener un saber sobre “algunas características” sobre los autores que investigan, sino a desarrollar un conocimiento sobre los mismos; por lo que no es lo mismo saber que conocer, y si lo quieren ver de esta manera, no es lo mismo mirar a ver (ya que lo que pretendo, es que los alumnos aprendan a ver no a simplemente mirar).

La participación en el aula, cuando se aplica una técnica como la lluvia de ideas, puede ser variada y amplia; sin embargo, podría objetarse que no podría darse tal fin cuando la mayoría puede presentar la misma información –dado que la investigación es electrónica y virtual-, pero para ello entra el criterio del docente como guía, porque en las especificaciones de determinados conceptos, donde se les pide leer a los alumnos para llenar ese recuadro, se les afirma escribir su propia opinión. Pero con ello, ¿no estaríamos mostrando una endeble participación del docente en el sentido que para ello no hace falta la intromisión del docente para conocer?; es decir, ¿qué papel juega el docente en la enseñanza? Aquí su papel no sería la de un conductor, sino un constructor que aprovecha un saber para resaltar un conocimiento, y que no se específica en un enigma amoral ¿de quien enseña? o ¿de quién educa? sino en una contundencia afirmativa didáctica; pues si en la especificación de la RIEMS, se nos atribuye que los alumnos alcancen determinadas competencias, en esta dinámica el alumno con la investigación que realizan, con la creación que forman (de la tabla en la hoja de calculo) , y la participación que dictaminan, pueden alcanzar la competencia de. “se cuida y se autodetermina en si mismo”. Con ello hay que recordar que la educación en un sentido de la adquisición de las TIC´s el uso del Internet humaniza por su papel comunicativo que representa.